CAMINAR CONSCIENTEMENTE
Alguien llama insistentemente al corazón del "buscador".
- ¿Quién es? - preguntó asustado, el pobre.
- Soy yo, la Verdad - fue la respuesta.
- No seas ridículo - dijo el buscador. - La Verdad habla en silencio.
Aquello, efectivamente, hizo que cesaran los golpes, para alivio del buscador.
Lo que él no sabía es que los golpes eran producidos por los latidos de su corazón.
(Tony de Mello)
Abrazos pretos y besicos a puñaos.
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