En la cocina.

La masa en crudo, lista para meter a horno.



Ya en la mesa, a puntito de cortarla....



.... ¡¡¡ y lista para comer !!!

El viernes vino a cenar a casa un amigo, así que tocó hacer postre. Esta vez hice uno que es ya como de la familia, un bizcocho de ricotta con nueces de nocilla. Ufff.... delicioso, sin más. Normalmente lo hacía con mascarpone porque no encontraba ricotta, pero esta vez venía Chabi a comprar conmigo y lo vio. Siempre había estado en la estantería del súper, pero servidora no veía la palabra ricotta y optaba por lo fácil, por el mascarpone. Y es que el queso ricotta no es más que el requesón de toda la vida. Punto. En fin.... tres años estudiando magisterio para esto! :-D

El caso es que hicimos el pastel en cuestión y nos gusta mucho más que con el otro queso porque el resultado es menos graso (mucho menos, la verdad). El único inconveniente es que la masa queda mucho más densa y la nocilla queda encima del bizcocho en lugar de dentro (y ésa es la gracia del bizcocho, encontrarte bolitas de nocilla blandita por dentro), así que para la próxima vez o que haré será echar parte de la masa, la nocilla, y el resto de la masa por encima. A ver si así nos gusta más....

En cualquier caso el resultado estaba buenísimo, así que aquí te dejo unas fotos para ponerte los dientes bien largos.

Abrazos pretos y besicos a puñaos.

Y las frases de hoy son éstas:

Todavía no se han inventado las barreras que digan al genio: «De aquí no pasarás»
(Beethoven)

Te conocerás a ti mismo en cuanto empieces a descubrir en ti defectos que los demás no te han descubierto.
(Friedrich Hebbel)

Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
(Buda)

La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca.
(Samuel Smiles)