Un buen deseo para ti....

Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado (antigua bendición irlandesa).

martes, 3 de noviembre de 2009

Justicia.

Probablemente ya conozcas estos videos, pero no puedo resistir la tentación de dejártelos aquí, por si acaso no los has visto. Yo los vi hace un tiempo, pero hoy han vuelto a mandármelos y sigo asombrándome de la sensatez de este hombre, el juez de menores Emilio Calatayud. Tal vez con más jueces como él algunos jóvenes irían mejor.

Abrazos pretos y besicos a puñaos.




6 comentarios:

  1. La sensatez de este hombre no deberia estar en los jueces, que tambien, sino en los padres. De ahí parte el problema me parece a mí, que él lo describió de una manera admirable y certera.

    Sin ir más lejos, hace unos días leí un artículo en el país sobre la generación desencantada, esa que ronda los 30 o 40 años que se a visto de frente con un cambio social que no ha sabido digerir y no saben como enfrentarlo, por saber no saben ni educar a sus hijos porque ven que el referente que tienen, el de sus padres (el del cogotazo si te portas mal), a ellos ya no les vale y no saben como montarse uno alternativo. Pues por ahí iban los tiros del juez.

    Lo de lo políticamnte correcto y el buen rollito empalagoso recalcitrante ha calado hasta tal punto que un niño desde que nace hasta que se casa puede perfectamente no haber recibido una reprimenda en condiciones, con lo que eso conlleva.

    Tengo una amiga que considera la disciplina como algo de fachas. No es la única. ¿Cómo puede una sociedad llegar a ese extremo? a esa mezcla sin sentido de conceptos, de mezclar la politica con la educación, de asociar la libertad con la falta de orden y concierto. De creer que un niño puede aprender los valores más basicos de la socialización y la disciplina necesaria para ser alguien de provecho sin, precisamente, nadie que le enseñe y le transmita eso. ¿Se es más de izquierdas o más guay por dar libertad a diestro y siniestro? o, mejor dicho, por dejar al hijo a la buena de dios y que aprenda por instinto. ¿es un padre un mal padre por reconocer que su hijo cometió una falta? se comprende que si y así lo entiende más de uno.

    El problema no está en la ley, no está en los jueces, está en los padres y en las familias. En la sociedad misma. Que tenemos un cacao mental de tamaño monumental. No sabemos ni por donde caminamos. ¿y sabes lo más triste? que un discurso como el que acabo de soltar más de uno lo asociará al del pp, la iglesia, etc etc. Muestra más de la paja mental de este país. No tiene absolutamente nada que ver... pero si sacas el debate, el asunto acaba derivando en política y envidias y rencillas y odios y yo que sé de los de un bando y de otro. Triste. Realmente triste.

    Un beso gordo :)

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  2. Joseba,
    con comentaristas como tú, no sé qué hago aquñi, chico. Desde luego no se me habría ocurrido expresarlo mejor.

    En primer lugar a mí las tendencias políticas de cada cual me da exactamente lo mismo. Al fin y al cabo, cada cual es libre de pensar lo que quiere y de votar a quien le dé la gana, siempre y cuando eso no invada mi libertad. Ya sabes, tu libertad acaba donde empieza la mía, y la mía acaba donde empieza la de mi vecino.

    Por otro lado, lo de la disciplina.... Gran tema! Si en las familias se impusiese un poquico más de disciplina (no me refiero al cogotazo, sino a inculcar una serie de valores de respeto a los demás, por ejemplo), entonces harían falta muchos menos jueces, los problemas en las escuelas serían muchos menos, y nuestros niños-adolescentes-jóvenes serían mucho más sanos. Cierto es que no todos los jóvenes necesitan esa disciplina, que hay muchísimos chavales y chavalas sanísimos y muy sensibilizados por cómo anda la sociedad, y muy implicados en historias varias (voluntariado, por decir algo).

    Un claro ejemplo de falta de disciplina en la familia es el niño del que os he hablado alguna vez, ése que para medir los límites que podía sobrepasar y los que no se dedicó durante dos semanas a arañarme, patearme e incluso morderme. Pienso que si estuviese en una familia un poco más estructurada, un poco más sensibilizada con las características de su hijo, y que le pusiese unos límites básicos en casa, esto no habría pasado. Tal vez si lo hiciesen el niño sería igual, pero me inclino a pensar que no, dado que desde que los límites quedaron bien claros en el cole las rabietas acabaron.
    Y como esto empieza a ser demasiado largo para ser un comentario en respuesta a otro, lo dejo aquí.

    Un abrazo muy fuerte.


    P.D.: Ayer me acordé de ti, ya que mis padres volvieron de allá por tus tierras, cargaditos de regalos. Fue mejor que el día de Reyes! XD

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  3. SUSANA, muy interesantes estos dos vídeos. Pero ya me he vuelto de un práctico que pienso que las palabras se las lleva el viento. Por mucho que este juez diga, hable o susurre, mañana por la mañana tendré que asistir al colegio a dar clase a niños y niñas con pocas o ninguna gana, que asisten por asistir sin el menor interés por aprender, que van a pasar el rato, a calentar la silla y, si se les deja, a tomar el pelo al profesor de turno.

    Los maestros, los profesionales de la enseñanza en general, son los que más visitan el psicólogo y el oficio con mayor porcentaje de personas con trastornos mentales. Por algo será.

    Se le está pidiendo a los profesores que realicen cosas y resuelvan problemas para los que no están preparados. ¡Basta ya de saturar a los profesores con tareas peregrinas! El maestro está para enseñar: lengua, matemáticas, conocimiento del medio, música o cualquier otro área; pero lo suyo es enseñar. Y la labor de los alumnos, aprender.

    Un maestro no es un psicólogo, ni un enfermero, ni un bombero apagafuegos, ni tan siquiera un pastor de ovejas.

    Un abrazo, Susana.

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  4. Totalmente de acuerdo, José Antonio. Nunca te ha tocado escuchar los problemas matrimoniales de algunos padres (incluídos los de alcoba?). Ante semejante papelón lo único que puedes hacer es decir a la madre en cuestión que tú estás ahí para ayudar a su peque, pero que con sus problemas poco puedes hacer.
    Lamentablemente Cada vez se nos piden más cosas y se nos valora menos. confío que alguna vez cambien las tornas y se nos empiece a valorar un poquico más. Tan sólo lo que nos merecemos, como el resto de trabajadores.

    Un abrazo enorme.

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  5. Subscribo al cien por cien lo dicho por Joseba Morales.
    Saludos cordiales.

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  6. Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.

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