Un buen deseo para ti....

Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado (antigua bendición irlandesa).

lunes, 3 de agosto de 2009

Una de relajación.

Mis cuencos.

Hoy he leído en el blog de Rita una entrada acerca del Tantra. Le he comentado, y a raíz de su respuesta he pensado colgar una entrada hablándote de una de mis aficiones favoritas (que en realidad reune varias). Así, la de hoy va a ser una entrada algo diferente a lo que normalmente escribo. Bueno, en realidad la de hoy la voy a escribir yo, y no va a ser un texto de los que colecciono. Hoy toca hablar de masajes, aceites y cuencos tibetanos.

Siempre me ha gustado dar masajes, pero fue hace unos años, en un curso de un Centro de Profesores, cuando me enseñaron los toques básicos para hacerlo bien sin hacer daño. El año pasado me enseñaron unas nociones muy muy básicas de shiatsu y desde entonces trato de "engañar" a mi gente para que se dejen dar un masajillo (en realidad son ell@s los que suelen pedirlo).

Lo de los aceites siempre me ha gustado. Antes los hacía yo misma, pero tenía poca variedad: romero, tomillo y espliego. Además de que sólo encontraba las plantas en el pueblo, o si las plantaba en casita. Hace un par de años encontré una herboristería que vende esencias muy buenas y lo que es mejor, muy baratas.

Y sobre lo de los cuencos, hace unos 3 años una amiga fue al Tibet y me trajo un cuenco tibetano (vale, se lo pedí yo), y el año pasado, en la Expo de Zaragoza, me compré otro. Desde que un día se me ocurrió utilizar a una amiga de conejillo de indias y vi que el resultado era bueno, los utilizo para acabar los masajes. Por lo que dicen, la sensación es de lo más agradable.

He de decir que mis masajes pretenden ser relajantes, y a lo sumo ayudan a aliviar alguna contractura si no es muy grande. Llámame rara, pero prefiero dar un masaje antes de recibirlo. Cuando lo comento no me cree, pero si lo piensas verás que tiene sentido. ¿Que cómo? Fácil, al mismo tiempo que se da un masaje, se está recibiendo; al fin y al cabo hay un montón de puntos de presión en las palmas de las manos, y conforme se hace el masaje estos puntos se estimulan. No exagero si te digo que los días que mejor duermo son los días en que doy un masajillo.

Más cositas.... Ya. Falta la puesta en escena. En estas sesiones me gusta utilizar musiquillas y quemar una barrita de incienso. El incienso que vengo utilizando desde el año pasado (y que me encanta) es uno muy concreto: Nag Champa. Es el que mejor huele en mi casa, porque el resto de los que he ido probando acaban oliendo demasiado fuerte. Éste es suavecito, y huele de maravilla. Y sobre la música, cualquiera que sea suave, a ser posible sin letra, y sobre todo que te guste puede servir. En realidad ni incienso ni música son necesarios, pero la verdad es que ayudan a crear un ambiente relajante. Por cierto, creo que sí que es importante que la luz sea suave. Si es de día, persianas bajitas; y si es de noche, con una lamparita pequeña es suficiente.

No soy la persona más adecuada para explicar la técnica para dar masajes; al fin y al cabo, los míos son de andar por casa, aunque durante el Camino de Santiago a más de uno y de una le vino bien que me hubiese concedido el lujo de llevar el peso extra e innecesario del aceite de arnica y espliego en la mochila. Algún tirón que otro se alivió, y las espaldas lo agradecieron. Lo que sí me atrevo a decirte sin miedo a meter la pata es que el ambiente del que te he hablado es fundamental, así como que la persona que da el masaje esté tranquila, que sea capaz de ponerse en el lugar de quien está en sus manos y prestar atención a su respiración, tratando de acompasar la propia con la de la persona que recibe el masaje. Además, en los movimientos de presión es conveniente exhalar con fuerza. Por mi parte añado un toque más, y es que al llegar a un extremo corporal (puntas de los dedos de manos o pies, final de la espalda, o encima de la cabeza), sacudo las manos y así libero parte de la energía (y de paso del calor) que se acumula en mis manos. Por cierto, creo que no te lo he dicho: mis lugares favoritos para dar una masaje son el suelo (sobre un par de mantas para estar más cómod@s, o sobre la cama (mi colchón es bastante firme). En realidad depende de a quién le vaya a dar el masaje.

Sí que puedo contarte algo sobre los aceites. En mi caja no faltan los de espliego, romero, eucalipto, menta piperita, naranja, limón, rosa mosqueta y arnica. Y fundamental un buen aceite base, yo empleo uno de almendras dulces.

Las propiedades de los aceites que hay en casa son éstas (para más información internete va a las mil maravillas):
Espliego: relajante, refrescante, para dolores de cabeza.
Romero: refrescante, estimulante, para dolores de cabeza.
Eucalipto: descongestiona la cabeza y es refrescante.
Menta piperita: refresca.
Naranja: refrescante, relajante.
Limón: refrescante, estimulante.
Rosa mosqueta: cicatrizante. Otro uso muy frecuente es, en el caso de las embarazadas, aplicarlo a diario en la zona del perineo, flexibiliza la piel de la zona de cara al parto.
Arnica: antiinflamatorio (viene a ser como el trombocid, pero en natural).

Seguro que se me quedan la mitad de las cosas por contar, pero ahora mismo no se me ocurre nada más. Si quieres saber algo más no tienes más que preguntar y, si lo sé, te contesto. Y si no lo sé, pues te lo diré.

Sólo me queda añadir que para dar un masaje lo primero que se necesita es querer, y prestar muchísima atención en no hacer daño a quien está en tus manos.

Abrazos pretos y besicos a puñaos.

6 comentarios:

  1. Conversación a dos blogs, hacía tiempo que no se daba... pues poco te puedo decir salvo que lo de dar masajes pues no se mucho. aunque bien me gustaría aprender, y lo de recibirlos...joe, no veas lo que se cargan los hombros de un dibujante y la cabeza embotada y yo que se que más... :P

    Abrazotes¡¡

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  2. Pues te puedo asegurar que ambas cosas se arreglan con un masajito, así que a ver si engañas a alguien! Fijo que por tu tierra hay voluntari@s. Sobre lo de aprender, la complicación no es mucha (si no te metes a masajes terapeuticos, claro). En mi caso empecé por pura intuición; después algún cursillo y a partir de ahí a practicar. De todos modos, que te quede claro que no sólo se cargan los hombros de los dibujantes, que los de una opositora ni te cuento. Y si encima trabajas con nanos, es ya la repanocha!!

    La verdad es que echaba de menos estas conversaciones a dos blogs, como tú dices.

    Abrazotes.

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  3. Sufridores, si es que somos unos sufridores... pues mira que tendré que "engañar" si.. a ver si se ofrecen "voluntariamente" jejeje

    A ver si dura esto de las conversaciones a varios blogs¡¡¡

    Abrazos¡¡

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  4. A ver, a ver....

    Más abrazos p'allá.

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  5. Me ha gustado esta noticia.
    Yo hice curso de Reiki, que aunque no es masaje como explicar, también sirve para relajar y trasmitir energía positiva a través de las manos.
    Saludos

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  6. Buena opción la del Reiki. No he hecho nada de ello pero sé de qué va y me parece muy interesante. Quién sabe si qlgún día me pongo a ello.

    Abrazos, Manuel.

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