Hace mucho tiempo que había oído hablar del famoso discurso de Martin Luther King en Washington; el famoso discurso "Tengo un sueño". Pues bien, ayer por la tarde vi una entrada en un blog que sigo desde hace no mucho relacionada con él, con Luther King y yendo de un sitio a otro he acabado encontrando el texto del discurso. y es el texto de hoy, ni más ni menos. Bueno, en realidad es menos, ya que he seleccionado el fragmento final, que es el que más me gusta. Si quieres leer el texto entero sólo tienes que ir aquí.
Y ahora, con tu permiso y antes de dejarte el discurso, te hablo un poquito del blog por el que empecé a buscar en la red. Es un blog elaborado por unos niños del cole de Muel, Ellos están empeñados en hacer de este mundo un sitio mejor para todos, y sobre todo para los animales. Si quieres saber más de ellos de su protectora virtual, haz clic aquí, porque todo lo que diga de ellos será poco.
Y ahora sí, el discurso de Martin Luther King. Te dejo con él.
Abrazos pretos y besicos a puñaos.
Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.
Tengo un sueño, que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.
Tengo un sueño, que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.
Tengo un sueño, que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.
Tengo un sueño, que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Tengo un sueño, que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación, un día allí mismo en Alabama, pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Tengo un sueño, que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.
Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.
Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania. Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, ¡dejen resonar la libertad!
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo espiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"
(Martin Luther King)
Casualidades de la vida, pos como mi blog... el del entrenador soñador.
ResponderEliminarSaludos pa tos.
Lo triste es que tal sueño siga siéndolo aun (2011) en muchos lugares del planeta, y aun una burla en muchas mentes (residuos racistas que surgen en tiempos de crisis).
ResponderEliminarFrente a ello el mejor arma son estas generaciones que hacen de sueños realidades, y mérito tendrán, porque el futuro no puede ponérselo mas negro, pero creo en ellos por encima de anuncios, promesas, estadísticas, programas y reajustes.
La verdad es que no es baladí decir que vuestra profesión, abarcando la enseñanza en general, aparte de dura es de un hermoso reto.
Un abrazo y muy buen curso!
Manuel, Carlos,
ResponderEliminarcon chavales así pienso que aún hay esperanza, que tal vez el futuro no sea tan malo como a veces (muy pocas, también es cierto) pienso que es.
Un abrazo a los dos.