Un buen deseo para ti....

Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado (antigua bendición irlandesa).

miércoles, 16 de octubre de 2013

Día Mundial del Pan; yo, sin gluten.



Hoy se celebra el Día Mundial del Pan. Por razones obvias, el mío es sin gluten.  Por motivos también evidentes mi tiempo se ha reducido a la mínima expresión, así que este año repito receta. Pero.......

.... pero he buscado el tiempo para hacer un pequeño experimento con la receta del año pasado.

La receta es la del Pan de mono, muy sencillo de hacer; aunque lleva un rato de preparación, fermentado, formado.... es fácil y muy apañado. Descongela a la perfección y por su formato puede apañar almuerzos de coles, meriendas, cenas, picoteos.... y admite cualquier relleno (confieso que aún no lo he hecho dulce).

Pero a lo iba, que me lío. Este año un grupo de amigas virtuales hemos decidido hacer un pequeño experimento y hacer una misma receta dos veces, la segunda de ellas utilizando prefermento en lugar de levadura.


¿Que qué es el prefermento? Algo tan sencillo como un trozo de masa de otro pan. La primera vez que hice la receta reservé 100 gramos de la masa resultante, la metí en un tupper y la guardé en el fede.

¿Las diferencias entre un pan y otro? Básicamente tres:
- Ha leudado más.
- La masa ha quedado más manejable.
- Sabe menos a levadura.

Os pongo los ingredientes de la receta (esta vez hice el pan en un molde redondo, no de corona, y reduje cantidades):
- 240 g de maizena. - 100 g de almidón agrio. - 100 g de leche en polvo. - 35 g de harina de trigo sarraceno.
- 50 g de harina de garbanzos. - 100 g de aceite de oliva. - 2 tacos de levadura fresca (la segunda vez no puse levadura sino los 100 g de masa que reservé de la primera). - 1'5 cucharadas soperas de miel. - 200 g de leche. - 100 g de agua con una cucharadita de goma xantana, unos 5 g (en su lugar puedes echar 3 huevos).
- 1/2 cucharadita de CMC. - Chorizo. - Queso semicurado
- Queso de Arzúa (es muy cremoso). - Pavo.
- Paté.
- Aceite de oliva para pintar las bolas una vez formadas (con hierbas provenzales en el primer experimento; en el segundo con ajo en polvo).

En la primera prueba la panificadora se encargó de amasar y de leudar. En la segunda amasó la bicha pero al acabar metí la masa al fede hasta el día siguiente.

Prueba número 1 - Con levadura. 

La masa, tipo mousse espesita.


El pan, listo para leudar.
 

Ya horneado.

  Prueba número 2, Con prefermento, sin levadura.

El prefermento.
La masa leudada (¿ves que ha crecido un montón?).
Formado, listo para leudar.



Los dos panes que salieron.


Como he dicho antes, este año hemos vuelto a "confabularnos" un grupo de blogueras y "facebuqueras" para hacer este experimento. Los ánimos que recibes son tantos y de tanta calidad que da gusto sacar tiempo de donde no lo hay. 


Este año las "culpables" de este experimento han sido:

Marisa, de Cocina fácil "sin gluten".
Guadalupe, de Cocinando con cariño y sin gluten.

Raquel, de Celiaquines, una mami glutenfree.
Salomé, de Salado y dulce sin gluten.
Sandra, de Tartas sin gluten

María José, de Fantasías de galleta.

Y en el facebook:
Pepa Lebrón
Pilar Sánchez


Este año nuestra Danny Faccio no ha podido participar elaborando un pan; asuntos más importantes la mantienen ocupada. Eso sí, encontró un rato para diseñar el logo de este año, el que está en el encabezado de la entrada de hoy.

domingo, 7 de julio de 2013

Historia de una llegada y de una bienvenida.





La de hoy es una entrada que lleva en el tintero ya 24 días. Sin embargo, y por razones obvias, hasta hoy no he podido encontrar el hueco para ponerme con ella y escribirla.... por la foto ya habrás entendido la razón.

Esta entrada es sin duda una de las más especiales que voy a escribir en este rinconcito mío. No sé si algún día habrá otra similar o si srá única.... tiempo al tiempo. Pero por ahora es probablemente la más bonita, la que más me ha costado escribir porque no acertaba a encontrar las palabras adecuadas. Allá va.



La noche del martes 11 al miércoles 12 de junio me desperté sobresaltada porque noté un chorrito de algo líquido saliendo de mí. Fui al baño y no estaba segura de si había sido pis o que había roto aguas. Como aún nos faltaba un mes para salir de cuentas “preferí” creer que era que se me había escapado el pis pero como no me quedaba tranquila me puse una compresa para controlar el tema y seguí durmiendo esperando a la mañana siguiente.

El día 12 tenía que hacerme los análisis de sangre y orina del tercer trimestre de embarazo y además tenía cita con la tocóloga para hacerme el exudado. Cuando salí de los análisis aún tenía más de media hora de espera por delante hasta la cita con la tocóloga pero llevé el volante al mostrador, como siempre. Una vez allí le dije a la persona que lo cogió mi duda de si se me había escapado el pis o había roto aguas y enseguida me pasó al cuarto de monitores para que me examinase una matrona. Enseguida se dio cuenta de que era una rotura clara de bolsa, así que me dijo que llamase a mi marido para que me trajese la bolsa porque ya no iba a salir del hospital hasta después de dar a luz (le había dicho que había ido sola).

Llamé a casa y le dije a Chabi lo que había. ¡Imaginaos el susto del pobre!  Me pasaron a Urgencias para hacer el ingreso y me subieron a la planta de Ginecología y Obstetricia, donde me metieron a una habitación para ponerme el monitor. Mientras yo estaba allí me llamó Chabi para ver dónde estaba y se lo expliqué. Por lo visto encontró el sitio porque al cabo de un rato una de las enfermeras me dijo que ya había llegado.  El latido de Darío era muy bueno pero las contracciones brillaban por su ausencia y después de un buen rato enchufada al monitor (¿una hora, tal vez?) me pasaron a que me viese una ginecóloga que dijo que iban a dar tiempo para ver si el parto empezaba por sí mismo, y que si pasadas unas horas no empezaba me lo tendrían que provocar porque es peligroso estar más de 24 horas con la bolsa rota.  Me asignaron habitación, me cogieron vía y empezaron los goteros de antibióticos.
Al poco rato de estar en la habitación vino la matrona y me dijo lo mismo que la gine, que iban a dar un poco de tiempo para que el trabajo de parto empezase sin ayuda. Ella iba a estar hasta las 9 de la noche que acababa su turno y si notaba alguna cosa “rara”, que la llamase que vendría a verme.

Comí, leí, charré con Chabi, intenté dormir, y a las 6 de la tarde empecé a notar claramente algo que pensé que podían ser contracciones pero que no me dolían nada. Eran como una presión de dentro hacia fuera y desde arriba hasta abajo. Vino la matrona con el monitor y allí estuve conectada una hora larga. Chabi y yo podíamos escuchar el latido de nuestro niño y ver que efectivamente había contracciones pero eran aún muy suaves. En cualquier caso, el trabajo de parto de había iniciado espontáneamente y era cuestión de tiempo y de paciencia.

Así fueron pasando las horas y en el cambio de turno la cosa empeoró porque la matrona que sustituyó a la primera era todo lo peor que os podéis imaginar: desagradable en el trato, nada empática y bruta…. muy bruta. Al examinarme cuando la llamé porque las contracciones empezaban a molestarme decidió “ayudarme” y romperme las membranas. El daño que me hizo fue enorme…. pero más daño me hizo el que se enfadase por haber manchado la cama con el líquido que salió disparado. ¡Ni que hubiese sido culpa mía!

Al poco rato, hacia la 1 y media de la madrugada del jueves 13, las contracciones eran súper dolorosas y cada minuto y medio. No me dolía la tripa, sino que sentía que me iba a partir en dos por la columna. Volvimos a llamar a la matrona que me examinó de nuevo y dijo que me pasaban a paritorios, a dilatación.

Entre retorcimientos de dolor me llevaron allá, me pusieron la epidural , me conectaron a monitores, y enseguida pude descansar. De vez en cuando venían las matronas a examinarme y a sondarme pero el trato fue estupendo. Yo estaba ya dilatada pero Darío no acababa de encajarse pero como sus constantes y movimientos eran muy buenos que tampoco había prisa.

A las 7 me dijeron que en un rato pasarían los ginecólogos y que si para entonces Darío no se había encajado tendrían que ayudarme un poco. La cesárea estaba descartada porque no había sufrimiento fetal pero eran ya muchas horas de parto y no podíamos esperar más.  Las opciones eran parto instrumentalizado (fórceps o ventosa) o ayudarme con la maniobra de Kristeller (empujar el útero desde arriba para ayudar al bebé a salir).

A pesar de mi miedo a esa maniobra me decanté por ella antes que por los instrumentos y en mi caso la decisión fue la mejor que pude tomar porque con una presión pequeña el ginecólogo pudo encajar a Darío y en sólo 3 empujones más salió. Nació a las 8'10 de la mañana.

La primera sensación que tuve fue de un gran vacío.  De repente no sentía nada dentro de mí…. pero  pasó cuando me enseñaron a mi chiquitín, fuerte como un toro y luchando con todas sus fuerzas por vivir.

Se lo llevaron para taparlo porque no podía perder calor…. ¡era tan chiquitín! Lo podíamos oír llorar desde la sala de al lado pero enseguida nos lo trajeron y mientras acababa el parto con la expulsión de la placenta y el tiempo que tardaron en limpiarme y coserme pudimos tener a nuestro bebé en brazos con nosotros.

No pudimos hacer piel con piel ni iniciar la lactancia allí mismo y además se lo llevaron a nidos después, con lo que todo esto tuvo que esperar hasta 6 horas después porque ni Darío podía salir de nidos (estaba en observación por prematuro, aunque no necesitó incubadora ni cuidados especiales).  ¿Qué efectos tuvo esto en el inicio de la lactancia? Que nos costó muchas horas conseguir que Darío cogiese el pecho, entre otras cosas porque le habían dado un biberón (o más, no quise ni preguntarlo) y porque habían pasado esas dos primeras horas de alerta tan importantes  en el recién nacido.

Durante toda  la tarde estuvo pidiendo teta y sacaba dos goticas de calostro, importantísimo, pero escasas para el pobre. Ya de madrugada, desesperados los dos (él de pedir y no conseguir y yo de darle y que no sacase o que no consiguiese engancharse bien al pecho), lo desnudé y me tumbé en la cama con él directamente sobre mi piel también desnuda para dejar que fuese su instinto el que le guiara a mi pecho…. y a su alimento. Fue entonces cuando puedo decir que empezó nuestra lactancia ya que a partir de ese momento en que él encontró mi pecho sin más ayuda que la de su olfato empezó a cogerse al pecho sin demasiados problemas.

No voy a hablar de episiotomías ni de dolores de dilatación ni de contracciones…. Creo que no merece la pena porque una vez que pude tener a mi bebé en brazos y pude llorar de emoción todo eso se olvidó. Sé que lo pasé mal, sé que me dolió, pero sé también que esas dos horas de dolor compensan con creces por lo que tengo ahora en los brazos, mientras escribo esto.
 
Respecto a la lactancia materna, el camino no es fácil; muchas veces cuando la leche tarda en subir, cuando el bebé llora de hambre y frustración, cuando los pechos duelen irritados o por las grietas, la salida fácil es darle un biberón (total, por uno….) pero merece la pena insistir y aguantar un poco.

Eso sí, me habría gustado escuchar un consejo, sólo uno…. Sigue tu instinto y confía en él; te aseguro que lo harás bien si te limitas a escuchar lo que te pide tu cuerpo. Y disfruta de todo el proceso de parto. Es precioso.



A pesar de haber escrito esto, pienso que me es imposible describir el momento más especial de mi vida con menos palabras…. y aún así siento que no he conseguido encontrar las palabras más adecuadas, pero es tan difícil poner palabras a tanto sentimiento, a tanta emoción….

Ahora Darío, la lentejilla, tiene casi un mes de vida y seguimos acostumbrándonos el uno al otro. El calor ha llegado de repente y están siendo unos días un poco malos porque el pobre tiene calor, tiene sed, tiene hambre... y todo lo solventa de la misma manera: en la teta de madre. A veces, sobre todo por la noche, se hace un poco cuesta arriba, pero luego pienso en el regalo que tengo en los brazos y ese "malestar", esa impaciencia hacia ese pedugo "mamoncete" (por aquello de que se pega medio día mamando) y llorón se pasa y sólo queda un tremendo sentimiento de amor hacia él.... y por supuesto hacia mi compañero en este viaje, sin el que esto no habría sido posible.

Sobre el tema porteo podría hablar también largo y tendido, pero creo que eso se merece otra entrada. Sólo te adelanto que es el mejor descubrimiento que hemos podido hacer. El peque disfruta y yo disfruto aún más. Eso sí, somos el blanco de todas las miradas allá por donde pasamos  :-D

Abrazos pretos y besicos a puñaos. El pedugo me reclama.... otra vez.

domingo, 31 de marzo de 2013

Esperando....

Sí, es lo que toca, esperar....  Ya sabes que dentro de unos meses seremos uno más en la familia y es lo que esperamos, que pase rápido el tiempo, que todo siga bien como hasta ahora, que nos dé tiempo a vaciar el dormitorio del peque antes de mañana por la noche....

Conforme pasan los días me voy agobiando más y más, y es que llevamos más de dos semanas vaciando el dormitorio de la lentejilla, revisando millones de papeles y recuerdos que llevan acumulándose allí años y que nunca más se utilizaron, tirando a la basura montones y montones de cosas, recuerdos, pingos viejos e inútiles, cartas, papeles.... llenando bolsas y bolsas para tirar al contenedor, cajas y cajas para llevar al pueblo y bajar al trastero.... y a día de hoy, a sólo un día de pintar la habitación (lo haremos el martes de buena mañana), aún quedan cosas por revisar y guardar. Lo que no hay es hueco en el trastero para seguir almacenándolas así que tendrán que ir al pueblo.... sólo que hasta allí hay cerca de dos horas de camino y no podemos ir cada día. De momento tendré que buscarme la vida y romperme un poco más los cascos pensando dónde meter lo que queda hasta que podamos ir al pueblo de nuevo con lo que haya que llevar y dar una vuelta de tuerca más a esos recuerdos e intentar tirar todos los que pueda.... aunque ello suponga revisar por tercera vez lo mismo, aunque ya sé a ciencia cierta que es muy poca cosa lo que voy a poder tirar y por tanto muy poco espacio el que vamos a poder ganar.

Como puedes ver hoy no es un día especialmente bueno, pero tener que deshacerme de tantos recuerdos está siendo más duro de lo que pensaba.... y eso que estos días me han servido para darme cuenta de que tengo que hacerlo para darle a nuestro bebé el espacio que se merece. Hay que elegir entre el futuro (cada vez más cercano) o un pasado muy pasado y la elección es fácil, ¿no crees?

Lo peor del asunto es que prácticamente todo lo que hay en ese dormitorio es mío, así que poco puede hacer Chabi por ayudarme, salvo aguantar los arranques de organización a la de YA, los descansos porque no puedo más y el cuerpo me pide a gritos que pare un rato, los "tráeme cajas para recoger cosas", los "esto hay que tirarlo", los mil y un viajes al contenedor para tirar otras tantas bolsas de "basura"....

Y entre unas cosas y otras la vida sigue y hay que ir al médico, a comer con la familia, a trabajar (y eso que ahora tenemos los dos vacaciones; de ahí que aprovechemos estos días para vaciar el cuarto azul y montar el de nuestra lentejilla) y sobre todo hay que buscar algún rato para descansar, desconectar y coger fuerzas para la vuelta al tajo que, aunque aún quedan unos días, está ahí, esperándonos.

No están siendo unos días relajados, más bien al contrario pero es lo que toca. Mientras, seguiré soñando con la personita que se está formando día a día dentro de mí y que de vez en cuando se mueve como diciendo "eh, que estoy aquí".  De momento voy a ver si sigo otro poco más, que se me acaba de ocurrir dónde poner uno de los mini muebles que hay que sacar del dormitorio y dónde meter una buena parte de los libros de Chabi. Tal vez sea la solución a una parte de nuestro problema de espacio.

Abrazos pretos y besicos a puñaos.


martes, 1 de enero de 2013

Mi mejor receta.

No creo que te descubra nada nuevo si te digo que me encanta cocinar.
No te digo tampoco nada nuevo si te cuento que el horno de nuestra casa funciona muy a menudo.
Pero sí te diré algo que no sabes cuando te explique cuál es la receta que se está cociendo a fuego muy muy lento en estos momentos....

Sin embargo, antes de desvelar el secreto de la receta mejor guardada te diré que para preparar esta receta he necesitado un ayudante y que los ingredientes no puedes comprarlos en ninguna tienda porque son totalmente caseros.

Para elaborar esta receta se necesitan dos cocineros: uno de sexo femenino y otro de sexo masculino ya que sin la combinación de los saberes de ambos no se pude realizar. Otros ingredientes que necesitamos son:
- paciencia, ya que la dificultad de la receta implica errores en las probatinas antes de obtener la combinación perfecta de ingredientes.
- templanza para afrontar los malos ratos que derivan de los fracasos en la mezcla de ingredientes y en su cocción.
- una dosis extra de amor y de templanza, fundamentalmente para que todos los preparativos y tiempos de cocción sean los correctos.
- Sabiduría para tomar las decisiones más adecuadas en cada momento.

La elaboración de la receta es sencillam, dentro de su complejidad. 
- En primer lugar debemos mezclar con cuidado todos los ingredientes anteriores.
- Una vez hecha la mezcla, es necesario un tiempo largo de preparación antes de obtener el resultado final, aunque los pasos intermedios son estupendos y te van llenando de felicidad y de tranquilidad.

¿Vas adivinando cuál es la receta?  ¿No?  Te daré más pistas con un paso a paso.

El paso número 1 es este:


Luego está el paso número 2, el primero de los logros intermedios:



A continuación puedes ver el paso número 3, o lo que es lo mismo el segundo logro intermedio:


Creo que no hace falta que te dé más pistas, ¿verdad?
Así es, estoy embarazada; a fecha de hoy estoy de 12 semanas y media y según la última ecografía todo va bien.... confiemos que siga así hasta el final.

No diré que ha sido un camino de rosas, que la elaboración de esta nuestra mejor receta ha sido fácil y es que estos primeros 3 meses han sido un calvario de mala gana, nauseas a todas horas del día, un cansancio que me dejaba plegada en el sofá a las 9 de la noche y que me ha llevado a rastras por los pasillos del colegio. Sin embargo estoy segura de que a partir de ahora todo va a ir mucho mejor y voy a poder empezar a disfrutar de todo el proceso.

Y poco más, lo cierto es que esta entrada no está escrita hoy, ni ha sido en un solo día, sino que empecé a escribirla hace cosa de mes y medio pero como hasta ahora no hemos dicho nada a mis tíos y primos pues he tenido que aguantarme las ganas de gritarlo a los cuatro vientos. Bueno, por eso y porque ya sabes, los primeros 3 meses son los más peligrosos.... Pero como ya han pasado, aquí estoy (¿o debería decir estamos?).

Continuará....

Abrazos pretos y besicos a puñaos.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Uno de los mejores días de mi vida.


Hoy me pongo, una vez más, a intentar traducir en palabras muchas emociones (in)contenidas.

Como ya sabes, el día 16 de junio, hace ya más de 6 meses, Chabi y yo nos casamos. Aquel fue un día que culminó varios meses de preparativos, de nervios, de risas, de discusiones.... y fue un día perfecto. A ver si soy capaz de plasmarlo aquí, aunque ya te adelante que lo más probable es que no lo consiga. Lo he intentado varios días a lo largo de estos meses y ya ves que no he podido....

Ese día dormí en casa de mis padres; la verdad es que fue por pura logística ya que en nuestra casa iba a dormir la familia de Chabi y yo tenía la peluquería al lado de casa de mis padres, lo mismo que el vestido.  El caso es que me levanté después de una noche larga, muy larga en la que dormí lo que pude.... y como pude; como comprenderás los nervios no me lo pusieron fácil.  Me levanté temprano para ir a la pelu a pasar por el taller de "chapa y pintura" y al llegar a casa ya me estaban esperando mi tía y madrina (vino porque le hacía mucha ilusión compartir con nosotros este momento) y una pareja de buenos amigos que iban a hacerme unas fotos para el recuerdo.  Vamos, ¡nervios por todos lados!

Me vestí, me hicieron las fotos y salimos hacia la iglesia. Conforme pasaban las horas me iba poniendo más y más nerviosa. Y sin embargo, cuando vi aparecer a Chabi por la esquina de la iglesia yéndome a buscar, solo pude pensar en lo guapo que estaba y en cuánto le quería.

Entramos en la iglesia mientras el Cotolengo cantaba una de mis canciones favoritas (el Ave Vera) y al empezar a hablar nuestro cura me di cuenta de que no era la boda de un conocido.... que era yo la que estaba allí delante y era Chabi el que estaba a mi izquierda.  De repente caí en la cuenta de que hasta entonces había vivido todo como si lo estuviese viendo desde fuera, como si fuese un "simple" espectador en vez de la la coprotagonista de la historia. Y ahí fue cuando los nervios desaparecieron por completo.

O casi por completo, debería decir, porque hubo varios momentos en la ceremonia en que no pude evitar ponerme a llorar. De hecho cuando tenía que leer mis votos, cuando tuve que ponerle la alianza a Chabi y en un par de ocasiones más, tuve que parar y respirar hondo porque no podía ni hablar de pura emoción.  Claro, que tampoco ayudaba mucho oír a la gente llorar por detrás de nosotros y es que hubo un par de momento muy emotivos en la ceremonia.... no fuimos conscientes de ello hasta que nos lo han ido diciendo las personas que nos acompañaron ese día.

Después de la boda, las fotos, las fotos, las fotos.... acudimos al Restaurante donde íbamos a comer con nuestra familia (la que te toca al nacer y la que eliges conforme creces) y allí fue donde se dio el rato de más emoción de todo el día.  Yo sabía que Chabi estaba preparando algo para el día B, pero no tenía ni idea de qué era.  Y justo antes de comer se descubrió todo: había preparado un libro con un relato sobre su propia vida y varios poemas (unos elegidos por él y otros por mí, de entre mis favoritos). Leyó el relato que había escrito; sé que le debió costar mucho escribirlo, son sentimientos demasiado íntimos, muy duros, pero consiguió plasmarse a si mismo en el papel.... Como comprenderás volví a llorar, pero esta vez no fui la única porque de hecho creo que fueron muchos los que lloraron conmigo. 
Aisssss.... si es que hasta cordándome me emociono....

La comida fue estupenda. Escogimos el restaurante la Rinconada de Lorenzo por varios motivos:
1.- Están muy concienciados y formados en lo que respecta a la celiaquía, por lo que iba a comer tranquilísima.
2.- Tienen comida típica aragonesa y es algo importante a la hora de llenar barrigas  :-D
3.- No es un sitio típico de bodas y eso se nota (y mucho) en el bolsillo.
4.- La atención es estupenda, miman el detalle hasta el punto de que, a pesar de que en principio no íbamos a tener la típica tarta de bodas, el día de la prueba nos dijeron que si la queríamos la podíamos tener. Como comprenderás dijimos que sí y el día B nos sorprendieron con una tarta de chocolate deliciosa con un helado de ron con pasas que está.... mmmmmmmmm.... (por cierto, casero del todo).  Hasta pusieron los típicos muñequitos de boda, monísimos ellos).
5.- Es un sitio bastante céntrico y sobre todo (y fundamental) muy bien comunicado con autobuses y con tranvía desde la iglesia en la que nos casamos.

Te cuento rápidamente el menú, que estaba riquísimo sin ser nada sofisticado: en los entrantes hubo varias cosas, a cuál más rica; el plato principal fue un ternasco asado buenísimo y para postre, la tarta que te he dicho.
Fotos no hay ninguna porque no caí en la cuenta de ello pero créeme si te digo que merece la pena ir un día a comer allí; no te defraudará ni la atención ni la relación calidad-cantidad-precio.


Antes de la boda hubo muchas personas que nos dijeron que no íbamos a enterarnos de nada por los nervios, que iba a ser todo un ajetreo.... y para nada fue así. Los dos (y lo hemos hablado más de una vez) estuvimos relajadísimos, disfrutamos de todos y cada uno de los momentos del día, nos reímos, lloramos de emoción, estuvimos acompañados de toda la gente que más queremos y que nos quiere y sorbe todo hubo mucho cariño en todo momento. Vamos, un día que dudo que se me olvide nunca, por muchos años que pasen y muchas emociones que haya después y las ha habido (pero eso da para otra entrada). Al recuerdo nos ayudarán muchos detalles, así como los álbumes de fotos que hemos hecho, uno de la boda y dos más del viaje de novios.

Para terminar te dejo un texto que se leyó unos meses después en la boda de mi hermana mayor y mi cuñado. Me gustó tanto que se lo pedí. Aquí queda, disfrútalo.


Habla la vela de vuestra boda.

Dejad que arda una vela el día de vuestra boda.
Es un símbolo que alumbra y acompaña.
Después de pasados algunos años debe recordaros lo que hoy os habéis prometido.
La vela del día de vuestra boda os susurra al oído:

"Lo he visto. Mi llama estaba presente cuando os cogisteis las manos y regalasteis vuestro corazón.
Soy algo mas que una simple vela. Soy un testigo mudo en la casa de vuestro amor y continuaré viviendo en vuestro hogar.
En los días en que brille el sol no necesitareis encenderme.
Pero cuando sintáis una gran alegría, cuando un niño esté en camino o cualquier otra bella estrella brille en el horizonte de vuestras vidas, encendedme.
Encendedme cuando anochezca, cuando irrumpa en vosotros una tormenta, cuando surja la primera pelea.
Encendedme cuando haya que dar el primer paso y no sepáis cómo; cuando sea necesaria una explicación y no encontréis las palabras; cuando queráis abrazaros y los brazos estén paralizados, encendedme.
Mi luz será para vosotros un signo claro. Habla su propio idioma, el idioma que todos entendemos.
Soy la vela del día de vuestra boda.
Dejadme arder mientras sea necesario, hasta que los dos unidos mejilla con mejilla, podáis apagarme.

Entonces os diré agradecida: Hasta la próxima vez".


Abrazos pretos y besicos a puñaos.