Hola!
Me da la sensación de que este año (curso) voy a colgar menos cositas de las que querría, porque el cole, la programación, el agotamiento que siento al acabar el día y la falta de ganas, hacen que cuando llego a casa y acabo de preparar las clases del día siguiente, las fichas que no me ha dado tiempo a preparar en el cole, lo que menos me apetece es revolver en el baúl de los recuerdos y encontrar un texto que regalarte. Bueno, en realidad no es que no me apetezca; es más bien que no tengo fuerzas para hacer otra cosa que sentarme en el sofá y disfrutar de mi perrilla, de sus cariñicos, y de la comodidad de la mecedora.
De todos modos, trataré de encontrar ratitos y fuerzas para colgar alguna cosita, además de para pasarme por vuestros rinconcitos y comentaros. Pasar, paso, pero las neuronas no me dan para comentar todo lo que querría.
Y ahora sí, a lo que iba. Mi amiga Laura ha colgado en su blog este texto, y como me gusta, he decidido tomarlo prestado y dejártelo aquí.
CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO
“Enséñame cómo aprender y no qué aprender, enséñame a pensar y no tan sólo qué debo pensar. Así desarrollaré mi inteligencia y no solamente mi memoria.
No me regañes delante de mis compañeros. Me haces sentir humillado y temeroso de ser rechazado por ellos, aceptaré mejor tus correcciones, si me las haces calmadamente y en privado.
Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. La confianza que así desarrollo en mis capacidades me anima a esforzarme y me hace sentir valioso y adecuado.
No me insultes con palabras, ni con gestos despectivos. Me haces sentir menospreciado y sin ánimo para corregir mis faltas y debilidades.Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso, no sólo el resultado final. A veces con poco esfuerzo logro mucho… pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño, aunque logre poco.
Nota lo que hago bien y no sólo lo que hago mal!. Cuando subrayas mis éxitos y no mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando.
Cuando me corrijas o disciplines, hazlo sin maltratarme física o emocionalmente. Si atacas mi persona o mi personalidad, deterioras mi autoestima y no mejoras mi disciplina.
Confía en mí y demuéstrame tu confianza. Cuando me repites la misma cosa una y otra vez, me doy cuenta de tu desconfianza y esto me precipita a fracasar.
Trátame con cariño, cortesía y respeto. De esta forma te admiraré y, por lo tanto, desarrollaré un profundo respeto por ti.
No me amenaces, pero si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido, aprenderé que, haga lo que haga, siempre puedo salir eximido.
No me ruegues ni me implores que me porte bien. Te obedeceré cuando me lo exijas con firmeza y sin hostilidad.
Procura hacer clases amenas e interesantes, en las que yo pueda participar. Me aburro cuando todo es rutina, sólo tú hablas y yo nada puedo aportar.
Cuando te haga preguntas, no me digas “eso ya lo expliqué”. A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí; si pregunto es porque quiero entender y aprender.
No tengas preferencias. Cuando alabas a uno e ignoras a otros, deterioras nuestras relaciones y haces de mis compañeros mis enemigos.
Cuando me criticas para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos. Sólo si acepto mis fallos, podré tratar de corregirlos. Ten en cuenta que aprendo más de quien no me desprecia.
No aceptes mis excusas ni mis ruegos por el incumplimiento en mis tareas. Cuando debo asumir las consecuencias de mis faltas, aprendo a responsabilizarme por mis deberes.
Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y que, por lo tanto, mi inteligencia es corta.
No me compares con mis compañeros, ni con mis hermanos en años anteriores. Recuerda que no soy ni puedo ser igual a nadie y que, aunque no tengo las mismas, también poseo grandes cualidades.
Trata de conocerme y apreciarme como persona. Conociendo mis habilidades particulares podrás ofrecerme oportunidades para triunfar. Al sentirme capaz e importante para ti, crecerá el concepto que me forme sobre mí. Ayúdame a desarrollar mis cualidades y no simplemente mis capacidades.
Ten en cuenta que… antes que un buen estudiante, debo ser un buen ser humano.”(Angela Marulanda G.)
Pienso que es un buen decálogo a seguir, sobre todo con los nanos que llevamos en el cole. Ellos necesitan aún más este respeto.
Abrazos pretos y besicos a puñaos.
P.D.: Hoy es el tercer día de "tregua" con "mi" chico. Confío que dure unos días más; cuantos más, mejor.