Un buen deseo para ti....

Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado (antigua bendición irlandesa).

domingo, 26 de agosto de 2012

De boda en boda y tiro porque me toca.

Una como esta me regalaron anoche.

Llevo queriendo escribir esta entrada dos meses, pero nunca encontraba la inspiración que necesito para ponerme a ello. Hasta hoy.

Ya sabes (me encargué de que quedase bien claro) que me casé hace un par de meses. Pero no es de nuestra boda de la que te quiero hablar, para eso aún no encuentro las palabras más adecuadas".  Hoy quiero hablarte de la boda de una muy buena amiga.... de dos muy buenos amigos, en realidad, aunque fuese ella la "original" y él llegase con el tiempo, con ella.

Es una de esas personas.... especiales. Llegó a mi vida de la manera más tonta posible, por unos tomates.... que ni siquiera llegó a probar y desde entonces está presente en mi vida. De eso hace ya la friolera de 8 años que, en estos tiempos que corren, son unos cuantos.

En estos años no todo ha sido un camino de rosas.... más bien todo lo contrario. Para ser sincera no se lo puse nada fácil; llegó a mi vida en un momento bastante delicado, emocionalmente hablando y como suele pasar en estos casos lo acabé pagando con quien tenía más cerca.... ella. Estuvimos quedando para ir al gimnasio una buena temporada (fue allí donde la conocí, en realidad), los viernes teníamos sesión de SPA después de la clase y luego cenábamos en casa y regábamos lo que tocase ese día con unas Coronitas (por aquel entonces aún podía tomarlas), lambrusco fresquito y una botellita de Anna de Codorniu, si se terciaba.  Puedes imaginarte cómo acabábamos. El caso es que un día a ella se le agotó la paciencia y dejamos de hablar. Así, radical. Ni mensajes ni llamadas ni cenas.... nada.

Pero como dice el refrán, el que tuvo retuvo y un día le mandé un sms diciendo que ese sábado había cena en casa y que si quería venir sería bienvenida. Así, sin previos, sin pedir explicaciones, sin preguntar.... Directamente.  Y no vino, pero sí quedamos para otro día.  Allí retomamos la relación.

Ya no fue como antes, las cenas se distanciaron más, pero el contacto estaba ahí y era más que fluido. Por casualidades de la vida nuestras relaciones con los que ahora son nuestros maridos han sido muy paralelas y los conocimos, nos prometimos y nos hemos casado muy a la par.

Ayer fue su día, el de ellos dos y quisieron compartirlo con Chabi y conmigo. Puedo asegurarte que en mi boda lloré, pero en la suya me superé. Ya nada más empezar la ceremonia no pude aguantar las lágrimas, pero ellos no me ayudaron mucho al hacer lo mismo  :-D  Después fueron muchos los momento de emoción en que lloré, pero son lágrimas de las que no duelen porque eran de pura alegría de ver a alguien a quien quiero con locura dar un paso tan importante como es empezar una nueva vida junto a la persona a la que más quiere, junto a su marido.

Allá pro febrero del año pasado, cuando nos dijeron que iban a casarse, me pidió que escribiese algo, lo que quisiera, para leer el día de su boda. Al día siguiente me puse delante del ordenador a intentar poner palabras a un montón de sentimientos y esto es lo que me salió.




Este texto lo escribí al día siguiente de enterarme de vuestra fecha de boda, el 6 de Febrero de 2011. Ese día íbamos a celebrar con nuestros amigos algo especial y acabaron siendo dos los motivos de celebración. Me pones en un aprieto pidiéndome que hable delante de un montón de gente a la que no conozco, pero por ti.... Freddy, me vas a perdonar si parece que sólo hablo con Conchi, pero te aseguro que estás dentro de estas líneas. Esto es lo que se me ocurrió entonces.
Ayer 5 de Febrero de 2011 me dijiste vuestra fecha de boda; hoy estoy aquí, delante de vuestra familia y vuestros amigos, a punto de poner sobre la mesa recuerdos, emociones, sentimientos compartidos.
Hace unos meses te dije que había encontrado al hombre de mi vida; al poco tiempo dijiste lo mismo. Hace unas semanas, en una de nuestras cenas, me dijiste que Freddy te había pedido matrimonio. Ayer yo te dije lo mismo. Hoy estamos aquí, a punto de compartir el que sin duda será uno de los mejores momentos de vuestra vida y habéis decidido incluirnos a nosotros en vuestra familia y amigos.

Conchi, hace ya años que te conozco, unos cuantos. En esos años hemos compartido muchas cosas; hemos compartido risas, lágrimas, cenas, conversaciones, brindis, pero sobre todo hemos compartido algo muy importante, respeto mutuo. Hubo momentos divertidos, la mayoría, pero también hubo otros momentos de tristeza, e incluso una temporada de distanciamiento. Pero el respeto hace milagros y la voluntad hace el resto.
Eso es lo que os pido, lo que os deseo. Un respeto capaz de superar las adversidades. Diálogo para tomar decisiones de común acuerdo. Amor para el resto de vuestra vida, de ése que no se gasta con el uso, sino que sigue creciendo. Salud para disfrutar el uno del otro, y de todo lo bueno que os haya de llegar.

Pero sobre todo os deseo que sigáis siendo como hasta ahora; dos personas fuertes ante las dificultades, optimistas y alegres, con ganas de vivir cada segundo como si fuese el último y buenos amigos de vuestros amigos.

Brindo por ello, por vosotros.

Ayer fue un día lleno de emociones, de las que se desbordan, de las que se comparten, de las que parece que van a ahogarte desde dentro.... de las que te llenan hasta la lágrima y de las que provocan muchas sensaciones. Emociones de las que duran, de las que necesitas compartir porque no sabes cómo sacarlas de dentro; de ahí la entrada de hoy.

Conchi, Freddy, desde mi rinconcito más íntimo vuelvo a desearos lo mejor. Lo hice ayer, lo hago hoy y lo seguiré haciendo cuantas veces surja.  Nos vemos a vuestra vuelta, disfrutad del que sin duda será el mejor viaje de vuestra vida, aunque sólo sea porque simboliza el principio de una nueva vida juntos.

Abrazos pretos y besicos a puñaos.